-Entiendo. Entiendo que Miranda no vino hoy porque se sentía mal. Pero, ¿y Patty? Lo de Patty es peor. ¿A dónde se fue sin previo aviso? Es que definitivamente aquí todos están mal acostumbrados. Están acostumbrados a hacer lo que les dá la gana.
-Ana, tranquila. No puedes pretender cambiar las cosas en sólo tres días. Vas bastante bien, ya pusiste orden. Por ejemplo, me parece bastante bien que hayas expulsado a Diego Baron, y a Alejandro Portillo por la pelea. Está bien.
-Los estudiantes deben sentir el nuevo orden. y estoy pendiente de Gonzalo. Lo que me dijiste de las ventas de pastillas es muy grave. Ese muchacho va a caer.
-Mira Ana, te doy un consejo. Ten cuidado con él.
-Qué cuidado, ni que cuidado, Santiago. Que no se te olvide que yo no soy Teresa. Conmigo no van a poder.
-Bueno.
-Ay, ¿si te soy sincera? La verdad, lo que más me preocupa del Cervantes, es el profesorado.
-Okey, dejemos los asuntos personales para después y... y, por lo menos aquí en el Cervantes hay profesores con... vocación. Y pasión, ¿no crees?
-Para ser maestro, hace falta muco más que eso. Hay que ser constante, hay que tener estructura. A ver, contéstame esto. ¿Cómo es posible que hoy tres profesores estén ausentes? Ah, y para colmo, JP, se fue de la clase, la abandonó. Yo sólo espero que tenga una explicación. Porque resulta que la disciplina no es sólo para los estudiantes. Aquí, el que no se acata a las normas... se va.
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-Me acaba de llamar Miranda. Me dice que tú hablaste con ella, le dijiste que Mauricio tuvo un accidente, y que lo trajeron a este hospital. O sea que la persona encargada de la seguridad de Mauricio comete la novatada de delatar su ubicación. El asunto es-
-Tiene razón. Me equivoqué. Fue una imprudencia de mi parte.
-¿Por qué lo hiciste, Olivia? ¿Por qué?
-Porque estoy segura, Orlando, que Mauricio estaba en casa de Miranda.
-Deja de involucrar a Miranda en esta investigación. Por Dios. ¿Qué parte del cuento no sabes? Estamos buscando criminales. Asesinos que les dan drogas a nuestros niños en las escuelas. - Olivia, pon control a tus emociones. Porque me voy a tener ver en la penosa necesidad de pedir que te separen de ese caso.
-Yo represento la ley, Orlando
-Si en vez de tener que entrar ilegalmente a la casa de Miranda, hubieras estado cuidando a Mauricio, nada de esto hubiera pasado. Porque si él está grave, no es por culpa de Miranda, no. Es por tú culpa. Ah, y otra cosa. Otra cosa. Cuidado. Mucho cuidado cuando vayas a hablar de tus teorías delante de la familia Blanco. Porque lo que vas a provocar, es un terremoto. Mira, deja de estar viendo fantasmas, y haz tu trabajo. Protege a Mauricio de las personas que realmente le quieren hacer daño. si Mauricio muere, tú vas a ser la primera responsable.
-.-
-Dígame, Jefe. Señor, tengo instrucciones de Víctor para- ... Entendido. Lo que usted diga, señor.
-.-
-Tengo que hablar contigo, Gia.
-.-
-¡García! Acaban de ingresar a Mauricio Blanco a este hospital, herido.
-Yo acabo de asignar dos custodias. Está en la habitación doscientos dos.
-Sh. No vayas a hablar absolutamente nada.
-¿Cómo está mi hijo?
-¿Dónde está Mauricio?
-Está en la habitación doscientos dos.
-¿Cómo pudo pasar esto?
-.-
-Soy la mamá. No, Mauricio.
-Hermano.
-Mauricio, mi niño. Mauricio, levántate. ¡Mauricio, escúchame y levántate de esta cama ahora mismo porque-! Por el... Manuel, por favor dile que se levante. Sofía, dile. Háblale, háblale. Díganle que todos los que estamos aquí lo amamos. Díganle que estamos aquí todos los que...
-.-
-¿Y qué pasó con el muchacho de la moto? ¿Lo callaron?
-No.
-¿Y por qué?
-Bueno, pues, porque tiene a todo el Departamento de Policía protegiéndolo. Gia, hay testigos que son más fáciles de desaparecer que otros.
-¿Y yo? ¿Soy más fácil de desaparecer?
-A ti no te toca, porque... te protejo yo. Lo que sucede, es que el poder tiene un límite. Incluso el mío.
-¿Y entonces qué vas a hacer? ¿Desaparecerme a mí para que no testifique en el juicio? ¿Es eso? ¿Me vas a matar?
-¿Cómo crees?
-.-
-Vine inmediatamente porque...
-Porque yo le avisé. Ella ha sido parte de la investigación
-¿Cómo está Mauricio? ¿Qué dice el doctor?
-A Mauricio le va a dar mucho gusto saber que estás aquí. Él te aprecia mucho.
-Perdona, Miranda, creo que éste no es el momento para visitas.
-Manuel, por favor. Hablas como si ella lo hubiera atropellado. Como si ella tuviera algo de culpa. Mauricio ya no soportaba más estar encerrado. Por eso se escapó como un loco. ¿Dónde estabas tú, Olivia? ¿Eh? ¿Que no se supone que tú estabas ahí para cuidarlo? ¿Para custodiarlo? Dime, ¿en dónde estabas? Dime... ¡Héctor! Hector, dime que... dime que va a estar bien.
-Estamos esperando los resultados del TC scan. Por ahora sospecho de un edema cerebral. El golpe fue muy fuerte. No les puedo mentir; su estado es crítico. No sabemos cómo va a evolucionar.
-No.
-.-
-Dime, Daniel. ¿Por qué mandaste a mi papá a ese lugar? Dímelo, lo van a matar. ¿Qué van a hacer con él? Explícame, por favor.
-Claro que no. Puse somníferos en la jarra de agua.
-Sí, sí. Él ahora tiene sed todo el tiempo. Por eso los antiácidos que se está tomando para la úlcera.
-Lo más probable es que se quede dormido en el taxi.
-Pero, a ver, dime, explícame. ¿Se creyó el cuento de que yo estaba en el hotel?
-No sé. Aquí lo importante es que te vayas antes de que se despierte. Reconcíliate con él. Haz lo que sea, pero quítamelo de encima.
-Ay, me estás pidiendo mucho.
-Marta, tu papá no es tonto. Está como perro olfateando todo el dinero. ya vio el yeso en la pared. Me sigue haciendo preguntas. No acepta el suicidio de tu hermana. Sigue creyendo que yo la maté para quedarme con su dinero.
-Y yo no sé cómo puede pensar que tú lo tomaste. Se supone que es es... un secreto que Laura se iba a llevar a la tumba. O sea, yo trato de distraerlo todos los días. Trato de lavarle la cabeza. Pero... mi papá es un necio y tú lo sabes.
-Trabájale la cabeza de otra forma. El dinero no guarda secretos, Marta. Si tu papá no me ha mandado a matar. es porque quiere su dinero, y yo soy la única pista, y ahora tú. Lo no sabe es que, ahora la mitad del dinero es tuyo.
-Siempre prefirió a Laura. Incluso ahora, después de muerta, sigue siendo la favorita.
-Tu trabajo, es mantenerlo alejado de mí. Si me tengo que defender de tu papá, lo voy a hacer al precio que sea.
-Ay, Daniel, por favor. Tranquilo. Tu coartada es perfecta. Mientras sigas aparentando ser un profesor normal, en una escuela normal. Y no aparentes lo que tienes, papá jamás se va a dar cuenta de lo que hicimos.
-.-
-Héctor, necesito saber. Tú tienes un hijo de la edad de Mauricio. Por favor dime la verdad. Tú sabes cómo me siento, dime que va a estar bien.
-Lo siento mucho, Carmen. Sin los resultados de los exámenes, no puedo hacer una operación, ni siquiera probatoria.
-¿Cuánto tiempo se demoran los exámenes? ¿Cuánto tiempo se tardarán en saber qué es lo que tiene?
-No le puedo dar un tiempo exacto. Tampoco puedo medicarlo sin saber qué daño ha sufrido internamente. Si hay alguna buena noticia, es que sus huesos no sufrieron daños. Por ahora sólo resta esperar. Permiso.
-Mau. Mi amor.
-Tranquila, Carmen. Va a estar bien. Es muy fuerte, lo va a superar.
-Hijo
-Cálmate, madre. Cálmate.
-Cálmate, ¡Cómo quieres que me calme! ¿Cómo quieres que me calme si tú le permitiste meterse en el rollo de los policías? ¡Tú lo dejaste meterse y por tu culpa se escapó y lo atropellaron! ¿Cómo quieres que me-? ¡Mau!
-Siento mucho lo que está pasando. Yo... yo sé que esto es un...una cosa familiar, y... y yo, mejor me voy. Pero cualquier cosa que necesiten, por favor avísenme.
-Miranda. Gracias. Tu vida, tus clases, las tutorías. Todo lo que tú has hecho por mi hijo. ¿Tienes idea de cómo lo has ayudado en este sufrimiento? ¿En este encierro? Tú eres de las pocas personas que lo ha hecho feliz. Gracias, Miranda, gracias.
-.-
-Entiendo lo que me dicen. Voy a dar órdenes, entonces, para que lo de Mauricio sea confidencial. Permiso.
-Tenemos guardias vestidos de civil por todo el hospital. Tenemos que evitar a toda costa que puedan atacar a Mauricio mientras esté hospitalizado.
-La mamá de Mauricio me culpa de su accidente. A mí y a tí, y la policía entera, Orlando.
-Te dije. ¿Y sabes qué? En parte tiene razón.
-Miranda. ¿Qué pasó? ¿Tan mal sigue Mauricio?
-Mauricio se está muriendo, Patty.
-No me digas eso
-Sí
-Okey. No hables más, porque ahí viene la, la detective.
-Tú y yo sabemos que la única culpable de que Mauricio se esté muriendo eres tú. Él estaba en tu casa antes de que lo atropellaran. ¡Dime algo!, ¿o me lo vas a volver a negar? ¿Me vas a negar en mi cara, Miranda, que tienes algo con Mauricio? ¡Niégamelo!
-Tú eres la ley. Tú eres la detective. Yo no pienso entorpecer tu investigación.
-Voy a conseguir todas las pruebas que sean necesarias para preparar un caso tan sólido que te voy-
-Ey, ey, ey. ¿Qué está pasando?
-Con permiso.
-Olivia. Yo le voy a advertir a Miranda para que no caiga en tus jugadas. ¿Qué te pasa, eh? ¿Qué pretendes?
-Orlando, tú también has sido investigador. Y sabes muy bien que actuamos por olfato.
-¡Qué olfato en investigación, por Dios! Estás hablando como si fueras una novia traicionada.
-Profesoras. Nadie puede saber en el Cervantes que Mauricio está internado en este hospital. Miranda, la verdad, lamento mucho lo que está pasando con Olivia. No sé qué es lo que le pasa. Pero te voy a advertir algo. Ten mucho cuidado con lo que digas. Cualquier error, lo pueden usar en tu contra.
-Orlando, estuve revisando los videos de seguridad de la escuela y... hay una mujer vestida de policía, que no pertenece ni al cuerpo de profesores, ni al de estudiantes. También tenemos a un hombre disfrazado que no... no logramos identificar. Y los videos dan la sensación de que una alumna y este hombre, están como huyendo, de esa mujer policía. Yo te digo todo esto porque tuvimos problemas de intoxicación, y tal vez todo.. esté asociado. Pienso que, es mi responsabilidad, pues, mantenerte al tanto. Informado. A mí me gustaría que analizaras conmigo los videos, por favor.
-Cómo no, Ana. Termino de resolver algo y voy para allá. Gracias.
-.-
-Mauricio, yo sé que no soportabas estar encerrado acá. Pero, si me hubieras dicho. No sé, tal vez yo te hubiera podido ayudar. Algo habría hecho, corazón.
-Carmen, ¿por qué no sales y te despejas un poco? Si Mauricio se despierta y te ve así, se va a angustiar más de la cuenta. ¿No crees?
-Sí. Papá tiene razón. Anda. Nosotros nos quedamos con él.
-Está bien, voy con Héctor a pedirle un calmante. Sofía me avisas cualquier cosa, ¿okey? Cualquier cosa.
-Sí, mamá.
-Tú sabías que tu hermano estaba pensando en escaparse
-Papá, te juro que yo no sabía nada.
-Se escapó para ir a ver a Miranda, ¿no?
-No. No sé. Pero lo único importante en este momento es que mi hermano se recupere.
-.-
-No puedo seguir viendo sufrir a su mamá. Siento que si me callo voy a explotar, Patty.
-Okey, Miranda, es que ... es un momento como muy... muy delicado, es muy familiar. ¿Sabes? No es un buen momento.
-Siento que tengo que decir la verdad y asumir las consecuencias. Mauricio se está muriendo en esa cama por mi culpa, Patty. Por salvarme a mí, se metió en todo ese asunto.
-No, no fue.. por eso. Se enamoró de tí perdidamente, Miranda. Ay, es que esa familia te va a odiar.
-Me voy a odiar a mí por el resto de mi vida si Mauricio se muere por mi culpa. Me siento como la peor de las mentirosas, Patty.
-¿Y a mí me mentiste? Miranda, ¿Mauricio estaba en tu recámara? Cuando la policía vino, ¿fue de ahí de dónde se escapó antes de que lo atropellaran?
-Mira, ya sé que te he pedido mucho en estos meses, pero te pido que por favor te quedes. Ya no van a haber más mentiras, te lo prometo. Pero ahora mismo voy a... voy a hablar con Carmen y le voy a decir toda la verdad. Por mi dignidad lo tengo que hacer. No te vayas.
-.-
-Perdón. Carmen. Me gustaría platicar contigo. Yo sé que no es el mejor momento, pero...
