Soñé una vida para mí.
Estaba llena de esperanza.
Soñé que amaba tan feliz.
Soñé que Dios me perdonaba.
Yo, una niña sin temor
que disfrutaba con sus sueños.
No había deudas ni dolor,
todo era bello bajo el cielo.
Pero cuando el sol se va
y entran fieras en tus sueños
te avergüenzas de vivir,
se apoderan de tu ser.
Pasó un verano junto a mí,
llenó mis días con su magia.
Yo le ofrecí mi juventud,
pero al final le vi partir.
Y sueño aún que vuelve a mí
y estoy con él toda la vida.
No puede ser un sueño así.
Es una calle sin salida.
Soñé una vida para mí.
Soñé que huía de este infierno.
He despertado, ya lo sé,
y muere el sueño que soñé.