Cuando entras al desván, debes tener cuidado con la cabeza porque las vigas están muy bajas.
Cuando entras al altillo, debes tener cuidado con la cabeza porque las vigas están muy bajas.
Cuando entras al ático, debes tener cuidado con la cabeza porque las vigas están muy bajas.
También, el piso no es muy firme.
Siempre tienes miedo de caerte atravesando el piso y terminando en el garaje que está justo debajo del desván.
Examinas de forma concienzuda un montón de cajas.
Decides qué conservar y qué tirar.
Hay tantas cosas que nunca vas a usar, pero las guardas por alguna razón desconocida.
Algunas de las cajas contienen recuerdos que te remontan a cuando eras más joven.