Cada año, cuando el invierno finalmente termina, llevas a cabo un ritual conocido como “limpieza a fondo.”
Abres todas las ventanas de toda la casa y limpias todos los armarios y gabinetes.
Recoges todo lo que encuentras que ya no necesitas y lo pones en una pila en el porche delantero.
Una organización benéfica viene y recoge todo.
La organización reparte las cosas a las personas necesitadas que pueden usarlas.
Luego ordenas el desván y te deshaces de las cosas que no usas.
Las vigas atraviesan el techo del ático en ángulo con la pared.