Un barrio tranquilo.
Los señores López siempre han deseado vivir en un barrio tranquilo. Por la calle donde viven pasan cada día más coches.
- ¿Has leído este anuncio en el periódico? - pregunta el señor López a su esposa. - Hay una casa en venta cerca de San Pedro. ¿Sabes dónde está? ¿No hemos pensado a veces en comprar una casa? Creo que es un barrio muy tranquilo.
La señora López ha pensado muchas veces en esta posibilidad. Han ahorrado muchos años, y hace poco, ella ha ganado algo en la lotería. Pero todavía está un poco indecisa.
- Sí, sí, José. Pero hay que pensar que una casa del barrio de San Pedro debe ser cara. No somos tan ricos. Mira, hasta ahora hemos vivido en un piso alquilado y hemos sido felices.
Poco después, el señor López ya ha convencido a su mujer. Ahora, ella también está convencida. Debe ser agradable vivir en una casa propia. Han tomado el tranvía y han llegado hasta la iglesia de San Pedro. La casa está en una calle tranquila. No pasan muchos coches. Miran la casa desde la calle. Tiene dos pisos, es bastante grande y está muy bien conservada.
- Es muy grande para nosotros - dice la señora López. - Hay que pensar que una casa tan grande da mucho trabajo.
- Sí, desde luego. Pero si alquilamos el piso de arriba ... No necesitamos la casa entera para nosotros. Y siempre hemos deseado vivir en un barrio tan tranquilo.
Un momento después, la calle ya no está tan tranquila. Han llegado unos chiquillos con una pelota y han organizado en seguida un partido de fútbol. Todos corren detrás de la pelota con gran alboroto.
- ¡Eh, chicos! ¿Habéis confundido la calle con un campo de fútbol?
- ¿Y qué? - dicen los chicos. - Todos los dias jugamos aquí. ¡Adelante, Pepe, Paco, Antonio!
El señor López está perplejo y resignado. Mira a su esposa y murmura:
- En fin, yo creo que estamos acostumbrados más al ruido de los coches.
