El documento es un extracto de ‘Colección de documentos para la historia de la formación social de Hispano-América’, escrito por Richard Konetzke. Fue un historiador alemán y se dedico especialmente a la investigación de la historia española y de Latinoamérica. Entre las numerosas publicaciones de Konetzke, ocupa un lugar eminente la «Colección de Documentos para la Historia de la Formación Social de Hispanoamérica», publicada en tres tomos de 1953 a 1962. Es la principal fuente para realizar estudios de legislación social española para España.
Así, el texto se trata de la discriminación social y racial en América, y particularmente de los mestizos en la sociedad colonial (son los individuos resultante del cruzamiento interracial. Su aplicación estricta se reservo para el de españoles e indios). En efecto, el mestizaje fue un elemento fundamental en la demografía y en la sociedad hispanoamericana donde se vio favorecido por prejuicios raciales.
Durante los primeros tiempos de la época colonial, los hijos de indios y de españoles fueron integrados por la sociedad indígena y no en el mundo español con excepción de los nacidos de conquistadores con reputación y de princesas indianas, que sus padres, sin legalizar su unión, mantuvieron a su lado y educaron como españoles.
Pero, la situación no se tardo a cambiar. El numero de los mestizos aumento en algunas regiones. Porque fueron resultados de uniones casi ilegitimas, los mestizos fueron considerados como el concebido en pecado y de inmoralidad. Poco a poco, las comunidades indias, así como los criollos depositarios del poder les sospecharon. Al fin del siglo 16, fueron sometidos a una serie de restricciones.
Un Real Decreto del 27 de febrero de 1549 prohibía “ningún mulato, ni mestizo, ni hombre que no fuere legítimo, pueda tener indios, ni oficio real ni público”. Mientras que los españoles y criollos tenían derecho a ser propietarios y acceso a la educación, los mestizos por su parte, no tenían acceso a los puestos importantes en el gobierno y no podían ser protectores de indios. Así, legalmente los mestizos no estaban protegidos, como sí lo estaban los indígenas, y tampoco tenían los privilegios de los blancos. No podían ser sacerdotes, ni ser funcionarios de la Corona, ni podían portar armas, aunque sí existían batallones de mulatos y mestizos. Los prejuicios contra los mestizos se expresaban a excluírseles de participar en la vida política, social. Pero estas restricciones se fueron dejando de lado a medida que la población mestiza crecía sin cesar, por lo que a su vez el término mestizo empieza a perder prestigio, es un grupo del que se desconfía. Al mismo tiempo, al perderse la identidad paterna resultaba difícil establecer quién era mestizo y quién no lo era.
