Todas las noches tengo pesadillas...
Una chica se enfrenta a un demonio gigante. Yo estoy cerca, pero ni siquiera puedo hablar...
Sólo me queda observar cómo el demonio le golpea...
¡Y entonces, justo cuando la va a matar...!
¡Me despierto en mi habitación, en pleno amanecer! Me siento lleno de miedo y tristeza. Soy Rolf, un agente de Paseo, la capital de Motavia. Me sacudo la cabeza como para olvidar los restos de la pesadilla. No tengo tiempo como para preocuparme como un niño de pesadillas en una época como ésta, sobre todo cuando el Cerebro Madre se encarga de controlarlo todo. Abro la ventana y respiro profundamente aire fresco. Parece que así se desvanecen las malas sensaciones de la pesadilla.