Cuando era niño
Era un patio típico de Andalucía, muy tranquilo y algo misterioso. Se estaba muy bien dentro. Una parte estaba cubierta de flores y la otra de hierba. Por la mañana, a la sombra de los cipreses, paseaba una mujer con una niña. Nunca supe si era su hija o no. Siempre llegaban a la misma hora y su paseo duraba muy poco. Me escondía detrás de un banco para espiarlas. Casi nunca habla¬ban. La mujer se sentaba a leer, y la niña jugaba con sus muñecas y cogía flores, o sea, no hacía nada especial. Era guapísima o, al menos, así me parecía entonces.
También me gustaba escuchar la fuente. Me ponía al lado y en seguida me olvidaba de todo. El agua de la fuente nunca dejaba de hablar. Incluso cuan¬do al mediodía todo el mundo estaba callado no cesaba su voz monótona y pensativa.
Luego llegaba la noche y cambiaba todo. Empezaban a cantar pájaros nunca vistos. Un olor fuerte a humedad llenaba el jardín. La gente se quedaba en casa sin atreverse a salir... ¡qué miedo a la noche, a su paso lento! ¡qué magia la del jardín triste, melancólico! En silencio brillaba la luna y la misma noche entraba callada; sólo en el corazón de la fuente el agua nos susurraba sus canciones de insomnio.
Recuerdo que una vez salí a tomar el fresco. Ya era de noche. Hacía frío y viento. No había ya nadie en el jardín. Recuerdo que me sentí incómodo, como se siente uno cuando le dicen que alguien se ha muerto. Tuve ganas de irme más rápido posible. Volví a casa y desde el portal volví a mirar al jardín. Estaba igual, pero sabía que no estaba igual... en fin, era muy raro.
Entonces yo todavía era muy niño. Pero recuerdo bien todo, los pasos de la mujer con la niña, la voz de mi madre que me llamaba y el patio donde pasaba días enteros. Y entonces me pregunto: ¿era más feliz? ¿Estaba más contento?
- He añadido un "lo" en: "Tuve ganas de irme LO más rápido posible".
- He grabado dos veces la frase final, con una pequeña variación en la segunda: "Y (entonces) AHORA me pregunto: ¿era más feliz? ¿Estaba más contento?".
Félix.