De manera natural, por favor
Andaluces: Tienen fama de estar siempre de fiesta y de hacer reír a los demás. Ofrecen todo lo que tienen sin pensárselo mucho. Les cuesta trabajar. Cuando hablan de las cosas suelen deformar la realidad aumentándola. No suelen mostrarse tristes.
Aragoneses: Es difícil que cambien la opinión. A veces se empeñan en hacer cosas que van contra la lógica y la prudencia o que pueden ofender a los demás. No son nada perezosos. No mienten ni engañan, siempre dice lo que piensan.
Se dice que los andaluces son generosos, exagerados, vagos, juergistas, chistosos y alegres y que los aragoneses son sinceros, trabajadores, testarudos, brutos y honrados.
Gallegos: Mantienen creencias antiguas sin fundamento racional. No se fían de nada ni de nadie. No aceptan fácilmente lo que es distinto o nuevo. No huyen del trabajo. No hablan claramanete de sus ideas y opiniones. Demuestran el amor y el afecto con facilidad.
Madrileños: Son insolentes y presumidos. Se consideran más poderosos y con más derechos que los demás. Acogen bien a los de fuera. Gastan demasiado.
Vascos: Les gusta comer mucho y bueno. Están muy apegados a su zona y a sus gentes. Son robustos. Son sinceros pero duros, sin delicadeza. Tampoco se ríen mucho.
Se dice que los gallegos son trabajadores, poco directos, supersticiosos, cariñosos y desconfiados, que los madrileños son prepotentes, derrochadores, chulos, hospitalarios y que los vascos son amantes de su tierra, cerrados, fuertes, comilones, serios y rudos.
Castellanos: No derrochan, les gusta conformarse con lo estrictamente necesario. Tienen mucho amor propio. No se ríen mucho. Son tradicionales en sus ideas y costumbres.
Catalanes: No son nada generosos. Sienten satisfacción por lo propio y a veces lo consideran superior a lo de los demás. Tienen iniciativa y decisión para montar negocios y empresas. Les gusta lo que es útil y provechoso.
Se dice que los castellanos son prácticos, conservadores, tacaños y secos y que los catalanes son emprendedores, orgullosos y austeros.