De manera natural, por favor
El desierto
Viajar por el desierto no es nada fácil, por la falta del agua, de vegetación, y por las temperaturas extremas.
Los mayores peligros en el desierto están relacionados con el sol: la insolación y la deshidratación. El error más grave que puede cometerse es el de quitarse la ropa; en el primer lugar por el riesgo de quemaduras, pero, sobre todo, por que hay que impedir que el cuerpo pierda sus propias reservas de agua. Cubrir el cuerpo es fundamental, ya que el sudor que humedece los vestido refresca y, a la vez, limita la transpiración.
El elemento más importante de la ropa es, sin duda, el turbante. Es una prenda de algodón, de unos ocho metros. Se usa para cubrir totalmente la cabeza, también protegerse de las quemaduras solares, del viento, de las tormentas de arena y de calor en la nuca, terriblemente peligroso. Además, al estar sobre la nariz y la boca, retiene la humedad de la respiración.
Es muy importante no exponerse al sol durante las horas de más calor. Como encontrar el lugar sombreado en el desierto puede resultar imposible, la mejor solución es enterrarse en la arena. En profundidad más está fresca y tiene un efecto relajante. Si hay plantas cerca, es mejor cavar a su lado, para aprovechar la humedad de los raíces. De este modo se limita la transpiración. Uno de los mayores peligros es sufrir quemaduras en los ojos. La luz, durante todo el día es muy intensa y no llevar protección puede afectar de forma grave a la vista.
La mordedura de vibora en el desierto puede resultar mortal. La vibora solo muerde para defenderse cuando ha sido descubierta, se esconde buscando lugares sombreados, como las rocas. Si se produce una picadura, tanto la víbora como de escorpión, lo más conveniente es aspirar el veneno con una jeringuilla especial.
El mejor medio de transporte es el animal, el camello o el dromadario, que resisten largas temporadas sin beber y que pueden orientarse y conducirte hacias los pozos de agua. Además, sus excrementos pueden servirnos de combustible.
Las noches son tremendamente frías: la temperatura puede llegar a cinco grados bajo cero. Conviene montar las tiendas y encender un fuego. Es difícil encontrar combustible en el desierto pero, si se dispone de gasolina, se puede llenar una lata de conserva con arena empada de gasolina, encenderla y obtener, así, una estufa muy eficaz.
