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HACIA UNA TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA
Al considerar el desarrollo económico de
América Latina, se observa que existen problemas
comunes a muchos de los países en vías de desarrollo.
El problema de la demanda:
Dado que el comercio mundial está
dominado por los productos de las industrias petrolífera, metalúrgica, mecánica y química,
los países latinoamericanos que comercian
productos primarios, no industriales,
se enfrentan con una demanda externa que crece
lentamente en relación con la de los productos
de las industrias mencionadas. Necesitan
recibir el apoyo de los grandes países
industriales para alcanzar mayor progreso
tecnológico. Las repúblicas latinoamericanas
deben además seguir una política que se enfoque
en beneficio de las grandes mayoría de bajos
ingresos.
El problema de la formación de capital:
Hasta ahora la contribución de los
capitales externos no ha sido un elemento
decisivo para estimular la formación de
capital. La primera limitación a este
problema tiene que ver con las dificultades
de importar los bienes de capital esenciales
para abastecerse de los equipos más complejos
y productos intermedios necesarios para la
expansión y la utilización plena de la
capacidad productora(23), fenómeno que afecta
hasta a los mayores y más avanzados países
de la región. La segunda limitación
se relaciona con las dificultades crecientes
de financiamiento del sector público. Hasta
ahora, en la mayoría de los países, el gobierno
ha sido el agente más dinámico de la formación
de capital, frente a la relativa apatía
de la inversión privada. Es necesario que se
usen coherentemente varios otros instrumentos
de la política social para que todo el
peso de las aspiraciones de reforma no
caiga sobre el Estado.
El problema en la asignación de los recursos:
La continuación de ciertos fenómenos -
existencia de monopolios y oligopolios,
protección excesiva, crisis de la balanza
de pagos, inflación, políticas económicas en
continuo estado de emergencia - ha llevado a
una asignación de recursos distorsionada.
Todo ello ha producido la discriminación
en contra de la producción de bienes de
consumo popular, tanto alimentos como
productos industriales. Esto también
ha agravado las tendencias a la
subutilización de la mano de obra. El
desempleo urbano tiene, por lo tanto, uno
de sus orígenes en el sistema distorsionado de
uso de los recursos. Lo que se necesita es
una planificación eficaz que requiere una
modificación de motivaciones y de
actitudes de las clases dirigentes.
El problema de la estructura social y
política:
La concentración del ingreso y del poder,
las grandes diferencias en ingreso y oportunidades,
que persisten) en América Latina, se
revelan no sólo en las tensiones y
conflictos a los que están expuestos los
pueblos, sino en los problemas económicos más
serios del desarrollo de la región. Es verdad
que la generalización en este caso es
especialmente arriesgada ya que la situación
varía de un país a otro, pero se puede afirmar,
sin embargo, que la mayoría de la población
latinoamericana vive en sistemas donde subsiste
una gran concentración del poder y de las
oportunidades. Para poder usar su potencial
productor, América Latina debería tomar
parte activa en la revolución tecnológica
del mundo moderno. La existencia de una
estructura social capaz de motivar y de
preparar al pueblo es, pues, el primer
requisito para el progreso.
Con este breve repaso es ya posible
apreciar el cambio de rumbo fundamental
en la política económica que están emprendiendo
gran parte de los países de la
región en su camino hacia el desarrollo.
