Natural speed please.
NI HUERTO NI AEROPUERTO
El aeropuerto de Panorama es lo que en
inglés se llama un “elefante blanco.” Lo
construyeron en trescientas hectáreas
de la mejores tierras de cultivo que
pertenecían a los campesinos de ese
municipio.
Desde el primero de agosto del año
pasado se suspendieron los vuelos
comerciales, y no hay operaciones ni
movimiento. Los dos millones que
se invirtieron en la construcción no
son recuperables.
Según declaraciones de Ramón Escobe
jefe local de operaciones, las pistas
están prácticamente abandonadas y sólo
las usan cuando llega algún funcionario
del gobierno, o en vuelos particulares.
Ya no hay vuelos para pasajeros. Los
edificios están vacíos; en la sala de
espera nadie espera, y en el restaurante
nadie come.
Cuando inauguraron el aeropuerto,
Aerolíneas Amerindias puso a disposición
del público un vuelo diario a la capital,
pero la gente de Panorama no respondió.
En el último año viajó un promedio
de tres pasajeros por día, y en ocasiones
no hubo ningún pasajero.
A pesar del fracaso, se habla de
ampliar una de las pistas para el
uso de los aviones militares gigantes.