No muy rápido, por favor.
Jimenita gemía porque había arrojado el jarrón lejos por la ventana. Se giró hacia sus juguetes con los ojos rojos. Gateó hasta el baúl donde su madre guardaba las joyas. Recogió los juguetes,os introdujo en la caja, y la bajó al garaje. El garaje era un lugar muy original lleno de ingenios que su padre produjo durante su juventud. La puerta del garaje crujía al abrirse.