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EL DÍA DEL TRABAJO

A partir de 1881 los trabajadores de
los Estados Unidos, organizados en la
Federación Americana del Trabajo (AFL)
comenzaron su lucha para obtener la
jornada de ocho horas. En el congreso
celebrado en Chicago en 1884 los delegados
aprobaron una resolución en la que las
organizaciones sindicales se comprometían
a conquistar dicha jornada desde el 1°
de mayo de 1886. El Congreso de la AFL
de 1885 ratificó la decisión del de
Chicago. Según informaciones de la época,
el día 1° de mayo de 1886 ciento
veinticinco mil obreros obtuvieron la
jornada de ocho horas. Este suceso marcó
la fecha que serviría en el futuro para la
celebración del Día del Trabajo en la
mayor parte de los países. Es irónico
que, a pesar de que el hecho haya tenido
lugar en los Estados Unidos, en este país
no se conmemora el Día del Trabajo el
1° de mayo, sino el primer lunes de septiembre.
En todos los países latinoamericanos,
con la excepción de Cuba, los trabajadores
conmemoran esta fecha con desfiles obreros,
llevando carteles con consignas que
expresan el sentir de las masas obreras
Estos desfiles se caracterizan por la
diversidad de demandas formuladas
por los sindicatos, federaciones y
confederaciones de obreros. Algunas
consignas declaran la guerra contra los
patrones y las compañías explotadoras,
y atacan a los funcionarios oficiales y
líderes sindicales; otras piden
la adhesión o condena a medidas
gubernamentales que afectan la vida de
los trabajadores; y otros carteles llevan
peticiones como de aumento de salarios,
reparto de las utilidades, mejores
condiciones de trabajo y mayores beneficios
para los jubilados. Una de las más
frecuentes demandas es la reforma
agraria, o una mejor distribución
de las tierras de producción, problema
vital en los países latinoamericanos.
Anteriormente señalamos que en la
actualidad estos desfiles no ocurren en
la misma forma en Cuba; esto se debe a
que el gobierno controla totalmente las
“pseudoorganizaciones obreras” al igual
que sucede en otros países comunistas
donde está prohibida la libre expresión
de ideas. Aquí en los desfiles, los obreros
llevan carteles en apoyo al gobierno, y
consignas que el partido comunista ha
decidido de antemano.
Es tradicional que en los actos que
los trabajadores celebran para conmemorar
el Día del Trabajo, los dirigentes
obreros pronuncien discursos en apoyo de
las medidas previamente aprobadas por
las asambleas y congresos obreros. Sin
embargo, los discursos no están limitados
a los líderes proletarios; también los
funcionarios oficiales, especialmente el
Presidente de la República y el Ministro
del Trabajo, pronuncian discursos en los
que hacen un recuento de las medidas que
el gobierno ha tomado o tiene planeado
tomar en favor de la economía nacional.
Los movimientos obreros constituyen
una fuerza formidable en el destino
de los países latinoamericanos, y muchos
de los líderes obreros han ocupado
importantes cargos gubernamentales, y
otros han sido elegidos representantes,
senadores y diputados, según el caso.
Cada día la influencia del
movimiento sindical es mayor. Esto se
debe a una mejor organización de los
trabajadores, Y hasta cierto punto a un
concepto más claro de la función
socioeconómica que representa el
trabajo en el desarrollo de un país.