hola familia ¿que tal? Cómo estais? Estamos otro día más aquí en el canal. Soy Alex Puértolas y hoy venimos con otro capítulo de Conversaciones el tema que vengo a tratar hoy es "El Tiempo" nuestro, nuestro gran amigo. Antes de empezar sabéis que en esta sección nos informamos y voy a ver que nos dice la RAE acerca del tiempo: Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos estableciendo un pasado, un presente y un futuro y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo. Vale, digamos que esa es la más genérica. Época durante la cual vive alguien o sucede algo. Creo que esta es, es en la que más me voy a...a enfocar yo en el video de hoy. Esta creo que es la que más me gusta que es: oportunidad ocación o coyuntura de hacer algo. Según la Mecánica de Newton, eh, es independiente de la situación y movimiento del observador. O sea de que el tiempo, significa que va su rollo. Un día tiene 24 horas, por lo tanto, un año de nuestra vida tiene 8760 horas. Sería el euivalente a ver 8760 películas de Netflix. O sea no no ??? no tiene tanto catálogo. Y allí no queda la cosa. Si por ejemplo, pensamos, en mi caso, 27 años, he empleado en mi vida, doscientas, aproximadamente 236,520 horas. Son muchas horas. Y si hacemos un cálculo medio de lo que vive una persona hoy en día pongamos
y si hacemos un cálculo medio de lo que vive una persona hoy en día, pongamos 85-90 años, tendremos el resultado de que en su vida va a vivir 788.400 horas, que os puede parecer algo que, bueno, tampoco son tantas, pero si lo pasamos a minutos, que es en verdad cómo calculamos nosotros el tiempo, en minutos, ni en segundos, ni en horas, a nosotros se nos pasan los minutos, llegaremos a la conclusión de que una vida media tiene la friolera de 47.304.000 minutos, 47 millones de minutos. Si eso no os pone la piel de gallina, no sé que os puede poner, porque a mí me la acaba de poner ese dato. La vida es así. Tiene un principio que es el día en que nacemos y tiene un final que es el día en que morimos. Y entre medias estamos nosotros viviendo la vida tan pancha, como estamos ahora mismo. ¿Qué pasa? Que no queremos ver, o no nos queremos dar cuenta, que cada día que pasa, cada minuto que pasa, estamos más cerca del punto final. Evidentemente hay que tener la actitud positiva de pensar que ¿qué es un minuto vivido? ¿qué es una hora vivida? ¿qué es una experiencia vivida? que, que sí, que está muy bien. Pero también hay que apreciar y hay que darse cuenta de que, narices, de que nuestra vida es limitada, que no estamos aquí para pasar la vida como si nada. Yo creo que un símil muy bueno que, yo soy mucho de poner símiles, creo que la vida que tenemos ahora, o nuestra vida en general, se puede asemejar a una bolsa de patatas fritas. Bolsa de patatas fritas, bolsa de gominolas, bolsa de chocolatinas... ¿qué pasa cuando coges ese producto y cuando lo abres? La primera patata, o la primera chocolatina, o la primera gominola que te metes en la boca es una maldita explosión de sabores. Es como ¡me cago en la leche! ¡qué ganas tenía yo de comerme esto! ¿Vale? pues esa es nuestra infancia. Eso es lo que pasa cuando nacemos. Que nos comemos el mundo. Que tenemos ganas de todo. Que no tenemos miedo a nada. Que disfrutamos con cada pequeña cosa: con una piedra en el parque, con una hoja, una caja de cartón, con cualquier cosa. Disfrutamos la vida al segundo. Después de tomarnos la primera patata o la primera chocolatina vienen todas las demás, viene toda la bolsa. Y ¿qué pasa? que tu boca ya se ha hecho a ese sabor, ya no las disfrutas igual, ya pues te las vas comiendo como quien no quiere la cosa, hasta que tu mano se da cuenta de que quedan pocas. Y ¿qué pasan cuando quedan pocas? pues que empiezas a valorar esas patatas o esas chocolatinas. Y empiezas a degustar, a disfrutar esas últimas, porque sabes que son las últimas. Pues esa es nuestra vejez. Y ¿qué pasa con la última chocolatina o con la última patata? no me digáis que no os la tomáis lentamente, que no la saboreáis cada segundo, que no queréis que nadie os quite esa última chocolatina o esa última patata, que es que le dais mordisquitos para sacar todo el sabor, todo el jugo, y que os quede un regusto en la boca ya para el resto del día. Pues esos son nuestros últimos años de vida. Es nuestra jubilación.
Eso son señores mayores y señoras mayores que veis por la calle disfrutando, sonriendo, de la mano, yéndose a cruceros, de viaje, disfrutando su libertad, la libertad que da la vejez. Y lo bonita que es la vejez. Pues, así es. ¿Y qué pasa entre medio? ¿Entre medio, el momento en el que no degustas las patatas o las chocolatinas que tu boca se ha hecho a eso? Pues esa es la maldita vida que tenemos hoy en día. Y es un símil fatal, pero a mi me encanta, y creo que hace ver muy bien cómo estamos viviendo. Y como todos sabéis el tiempo se divide en pasado presente y futuro pero muchas veces nos obcecamos en el pasado y nos obsesionamos con el futuro y nos olvidamos de que lo único, lo único que hay que vivir es el presente. Una persona que vive cada día el presente va a tener un futuro mejor. Pero porque vive el presente, porque exprime el presente, porque se levanta cada mañana y da el cien por cien de ese presente, porque disfruta de las pequeñas cosas que nos da la vida. Estamos obsesionados y estamos obnubilados en vivir vidas que los demás quieren que vivamos. O sea, nos dejamos influenciar por lo que piensen o lo que digan los demás, en vez de escucharnos a nosotros, conocernos a nosotros y hacer lo que nos diga esto. Que narices, que sólo tenemos una vida, que si la tuviésemos delante de nosotros, si cada mañana nos levantásemos y viésemos en la pared el tiempo de vida que nos queda, o la vida que estamos viviendo, las cosas cambiarían, haríamos cosas diferentes a lo que hacemos hoy en día. Que cada persona es un mundo, que cada persona es feliz haciendo algo diferente al resto. Entonces, hazlo, simplemente hazlo. Porque yo el día que vi claro que eso que estaba haciendo podía ser la última vez que lo estuviese haciendo porque la vida es así, puede que salgas por la calle y pase cualquier cosa, voluntariamente o involuntariamente, por tu culpa o por la culpa de otros. O que vayas al médico un día y te diagnostiquen cualquier cosa. La vida es así. Entonces sea, maldita sea, disfruta cada momento como si fuese el último. Porque algún día puede que sea el último. Y no sabes la rabia que dará que sea la última vez que hagas algo y no lo hayas hecho al cien por cien. Y no hay nada más satisfactorio que haber vivido una vida más larga, más corta, más intensa, más... como quieras vivirla. Y recordarla, y decir "pues la he exprimido al máximo, pues he hecho lo que he querido, pues he sido feliz". Que la felicidad no está en las cosas materiales, no está en el dinero, no está en las cosas que se pueden comprar o se pueden tener. La felicidad está en los momentos, en las cosas que nos hacen sentir el corazón, en las personas que nos hacen sentir. Maldita sea, vivamos, joder, vivamos. Porque la vida no es una obligación. O sea, nos levantamos por la mañana y pensamos que tenemos que hacer cosas porque estamos obligados a hacer eso por la sociedad, por nuestros padres, por nuestro entorno, por lo que sea. No. No, la vida es un regalo. O sea, que un maldito espermatozoide de entre un millón de espermatozoides encontrase el óvulo y salieses tú, eso es un maldito milagro! Pues aprovecha ese milagro. Que la vida es tuya y sólo tuya. Es limitada y imprevisible, pero es tuya. Así que acepta la vida que te tocó vivir, exprímela al máximo, sácale todo el jugo a tu persona y a tu vida. Rodéate de personas que te hagan feliz, que te sumen. Y suma tú también en las de ellas. Viaja, descubre, lee, canta, toca, lo que te llene. Intenta encontrar un trabajo que te haga feliz. O intenta encontrar algo en la vida que te guste hacerlo cada día. Que la búsqueda no es fácil, que no todo llega de la noche a la mañana, que las cosas llevan esfuerzo, pero en el esfuerzo, en el camino complicado, en las dificultades es donde reside la felicidad. En ése camino. La vida no es fácil, pero ahí es donde está el secreto de exprimirla. Así que deja atrás los miedos, deja atrás las inseguridades, deja atrás las dudas y arriésgate y haz lo que sientas en cada momento y deja de pensar con esto y piensa con esto, que el día de mañana se habrá acabado y quedará una maldita chocolatina o una maldita patata en la bolsa y entonces querrás saborearla lentamente y ya no habrá tiempo.
