La presión social
La de antes, la de ahora, la que lleva con nosotros desde siempre. Pero que nos negamos a ver.
Pero, ¿qué es exactamente la presión social? Desde pequeños, desde que somos... "así", más o menos, nos crean la necesidad de pertenecer a un grupo, ya sea la familia, los amigos, un equipo de fútbol, un club de fans de un equipo de música... y esto lo hacen básicamente por tres motivos claves.
El primero es tener dependencia de algo o de alguien. El segundo es que básicamente ese algo o alguien nos aporte seguridad en nosotros mismos. Y por último, pero no menos importante, es que pertenezcamos a algo, o sea que no estemos solos.
Y los tres motivos me parecen muy tristes. Qué pasa, que si estás solo, ¿ya no molas? Si no perteneces a nada, o a nadie, porque no te apetece, ¿ya eres una persona sin seguridad? O si no estás dentro de los cánones, ¿ya no eres persona?
Aunque no os lo creáis, esto se cultiva en la infancia, sobre todo florece en la adolescencia, que es cuando alcanza su máximo auge, y en muchos casos... no tiene marcha atrás, ya en la madurez. Es triste, pero es así.
Vivo en un país, y hablo del mío, porque es lo que he vivido, y lo que sé, en el que las personas diferentes a las que se considera "raritas" son el blanco fácil en el colegio para hacerles bullying, básicamente porque están solas.
En un país donde los jóvenes empiezan a fumar por la presión del grupo, donde si todos tus amigos beben y tú no, eres un blando; en un país donde si eliges una carrera por vocación, la gente se te echa encima como buitres diciéndote que qué haces con tu vida, que eso no tiene salidas. En un país donde a los jóvenes se nos mira con diferente rasero, porque nos hemos malcriado con los videojuegos y las redes sociales, las redes sociales...
En un país... bueno, mejor dicho, voy a decir una sociedad. Una sociedad en la que digas lo que digas en redes sociales siempre habrá gente contraria que se moleste y te insulte sin motivo alguno. Una sociedad donde sólo hay valientes tras un seudónimo. Una sociedad donde salir a la hora del trabajo está mal visto. Una sociedad donde ser soltero o soltera a los treinta, o vivir con tus padres, es estar perdiendo tu vida. Una sociedad donde dedicarte a lo que amas, a lo que te gusta, ser feliz... es sinónimo de envidias e insultos. Una sociedad donde se premia lo común y se castiga lo extraordinario y diferente.
No sé a vosotros, pero a mí, la presión social me parece una mierda, y la culpa es nuestra, sólo nuestra, así que nosotros somos una mierda.
En mi humilde opinión, creo que deberíamos empezar a cambiar algo, o al menos a intentarlo, así que la gente que me esté viendo, padres, madres, amigos, amigas, hermanos, hermanas, conocidos, conocidas... empecemos a incentivar la segudidad en uno mismo y la independencia individual de los que nos rodean.
Empecemos a creer en nuestras propias ideas, pensamientos, acciones, en nuestras propias motivaciones y creencias. Que es maravilloso tener familia, tener amigos, un equipo de fútbol, pertenecer a un club de fans y todo lo que tú quieras, que no estoy diciendo lo contrario, simplemente que no se nos olvide que nosotros, sólo nosotros somos los "protas" de nuestra vida.
Nosotros, no ellos.
