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_undertoad
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HISTORIA 1

Las Cenizas de Ricardo

RICARDO estaba realmente emocionado. Saltaba de alegría. Siempre había deseado "inventar" algo ¡y ahora lo había logrado! Su globo de aire caliente, en el cual había trabajado varias semanas, estaba casi listo. Sólo quedaban unos pocos detalles que terminar. Entonces encendería la pequeña bola de algodón empapada en combustible, situada en la parte inferior del globo, y podría observar cómo se iría llenando de aire caliente, para luego elevarse hacia el cielo. Sería un día inolvidable para él, porque todos sus amigos vendrían para contemplar ese gran espectáculo. Él les había estado hablando de este asunto mucho antes de que empezara a fabricar su globo, y estaba seguro de que ellos quedarían deslumbrados cuando lo vieran elevándose en el aire.

¡Y puedo decirles que fue algo digno de ser visto! No había sido un trabajo pequeño. Tenía 1,84 m de alto por 1,22 m de ancho. Ricardo había hecho primero la armazón, de alambre fuerte y delgado. Luego cortó tiras de papel de diferentes colores, que pegó en forma vertical, esto es, de arriba abajo, como los gajos de una naranja pelada, sobre la armazón que había hecho. ¡Había sido una tarea bastante delicada colocar exactamente esas tiras de papel! El globo se había roto en más de una ocasión o una tira de papel había quedado mal pegada.

En el centro del círculo de alambre de la parte inferior del globo, y sostenida por alambres, estaba la bola de algodón empapada de aceite, la cual debía bajarse un poco para que calentara el aire del globo sin incendiario.

¡Por fin todo quedó listo para el gran ascenso! Los amigos de Ricardo se encontraban junto a él, esperando ansiosamente el momento en que el globo fuera soltado.

Pero Ricardo no tenía prisa. El quería disfrutar en su totalidad este momento de triunfo, que había deseado por largo tiempo y por el cual había trabajado afanosamente. Explicaba y explicaba cómo había diseñado su globo, y por qué estaba seguro de que se elevaría en el aire. Una y otra vez respondió todas las preguntas que sus amigos le hicieron.

Y por fin, dándose aires de importancia, encendió el fósforo y lo acercó a la bola de algodón. Esta comenzó a arder inmediatamente. Los jóvenes se retiraron un poco para observar cómo el aire caliente entraba en el globo, hasta que se llenó completamente.

—¡Se está elevando!—gritaba Ricardo lleno de entusiasmo—¡Se está elevando!

Aplaudía con gran alegría, cuando una ráfaga de aire sopló la llama contra el papel. ¡No hubo tiempo de salvar el globo! ¡En un momento el hermoso globo se hallaba en tierra, envuelto en llamas!

¡Pobre Ricardo! Desesperadamente corrió a su casa ansioso de alejarse de sus amigos, los cuales habían esperado mucho de él y de su famoso "invento". Se avergonzó de haberlo alabado tanto antes de estar seguro de que tendría éxito. ¡Todo su tiempo y esfuerzo de semanas se habían perdido! ¡Sólo quedaban un montón de cenizas y unos alambres retorcidos!

Esa noche el padre fue a su dormitorio.

—¡Oh!—gimió Ricardo—, ¿por qué tenía que incendiarse?

—No te preocupes tanto por eso—le dijo su padre—. Cosas peores han sucedido en este mundo. Lo que realmente importa no es que el globo se haya quemado, sino que tú te esforzaste para hacer lo mejor que podías.

—Papá—respondió muy afligido—, pero es que se perdió todo.

—No; no todo se perdió—repuso su padre—. Piensa en lo que aprendiste sobre los globos, y acerca de la manera correcta de doblar los alambres y pegar bien el papel. Esto no se ha perdido. Ya verás cómo todo esto te será útil algún día.

—¡Pero yo deseaba tanto inventar algo!—sollozó Ricardo.

—Lo sé, hijo—le respondió el padre—; pero recuerda que las cosas realmente buenas no se han inventado en forma rápida. Piensa en los continuos experimentos de Tomás Edison antes de inventar la bombilla o lámpara incandescente, el fonógrafo y otros aparatos que dio al mundo. ¿Crees que él descubrió estas cosas en sus primeros intentos? ¡No! Trabajó y trabajó en ellos. Probaba y fallaba; y volvía a probar.

—¿Semana tras semana?—le preguntó Ricardo.

—Por años y años—lo consoló su padre—. Y tuvo tantos fracasos, que es maravilloso que haya podido hacer lo que hizo. Tú deberías ver su montón de desperdicios.

—¿Montón de desperdicios?—preguntó sorprendido Ricardo.

—Sí—le repuso su padre—. He oído decir que a todo el que visita uno de los talleres de Edison se le muestra este montón de desperdicios. Cada vez que fracasaba en un experimento arrojaba las partes inservibles y comenzaba de nuevo. Tú construye otro globo, uno mejor aún. Inventa uno que no se incendie. Averigua en qué te equivocaste, y corrige tu error. Así es como se han logrado las invenciones más valiosas.

—Creo que si Edison tenía un montón de desperdicios, yo no debería sentirme tan acongojado por mi montoncito de cenizas—dijo Ricardo—. Mañana mismo comenzaré a hacer un nuevo globo.

—Muy bien—dijo el padre en tono de aprobación—. Ese es el espíritu que triunfa. Todo buen inventor tiene su montón de desperdicios. En este momento has comenzado a caminar por el camino hacia el éxito.

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  • Historia 1 — La Cenizas de Ricardo ( recorded by Leonor25V ), España

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  • Historia 1 — La Cenizas de Ricardo ( recorded by gadrev ), Spain

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    HISTORIA 1

    Las Cenizas de Ricardo

    RICARDO estaba realmente emocionado. Saltaba de alegría. Siempre había deseado "inventar" algo ¡y ahora lo había logrado! Su globo de aire caliente, en el cual había trabajado varias semanas, estaba casi listo. Sólo quedaban unos pocos detalles que terminar. Entonces encendería la pequeña bola de algodón empapada en combustible, situada en la parte inferior del globo, y podría observar cómo se iba llenando de aire caliente, para luego elevarse hacia el cielo. Seña un día inolvidable para él, porque todos sus amigos vendrían para contemplar ese gran espectáculo. El les había estado hablando de este asunto mucho antes de que empezara a fabricar su globo, y estaba seguro de que ellos quedaan deslumbrados cuando lo vieran elevándose en el aire.
    ¡Y puedo decirles que fue algo digno de ser visto! No había sido un trabajo pequeño. Tenía 1,84 m de alto por 1,22 m de ancho. Ricardo había hecho primero la (el) armazón, de alambre fuerte y delgado. Luego cortó tiras de papel de diferentes colores, que pegó en forma vertical, esto es, de arriba abajo, como los gajos de una naranja pelada, sobre el armazón que había hecho. ¡Había sido una tarea bastante delicada colocar exactamente esastiras de papel! El globo se había roto en más de una ocasión o una tira de papel había quedado mal pegada.
    En el centro del círculo de alambre de la parte inferior del globo, y sostenida por alambres, estaba la bola de algodón
    empapada de aceite, la cual debía bajarse un poco para que calentara el aire del globo sin incendiario.
    ¡Por fin todo quedó listo para el gran ascenso! Los amigos de Ricardo se encontraban junto a él, esperando ansiosamente el momento en que el globo fuera soltado.
    Pero Ricardo no tenía prisa. El quería disfrutar en su totalidad este momento de triunfo, que había deseado por largo tiempo y por el cual había trabajado afanosamente. Explicaba y explicaba como había diseñado su globo, y por qué estaba seguro de que se elevaría en el aire. Una y otra vez respondió todas las preguntas que sus amigos le hicieron.
    Y por fin, dándose aires de importancia, encendió el fósforo y lo acercó a la bola de algodón. Esta comenzó a arder inmediatamente. Los jóvenes se retiraron un poco para observar cómo el aire caliente entraba en el globo, hasta que se llenó completamente.
    --¡Se está elevando! --gritaba Ricardo lleno de entusiasmo--. ¡Se está elevando!
    Aplaudía con gran alegría, cuando una ráfaga de aire sopló la llama contra el papel. ¡No hubo tiempo de salvar el globo! ¡En un momento el hermoso globo se hallaba en tierra, envuelto en llamas!
    ¡Pobre Ricardo! Desesperadamente corrió a su casa ansioso de alejarse de sus amigos, los cuales habían esperado mucho de él y de su famoso "invento". Se avergonzó de haberlo alabado tanto antes de estar seguro de que tendría éxito. ¡Todo su tiempo y esfuerzo de semanas se habían perdido! ¡Sólo quedaban un montón de cenizas y unos alambres retorcidos!
    Esa noche el padre fue a su dormitorio.
    --iOh!--gimió Ricardo--, ¿por qué tenía que incendiarse?
    --No te preocupes tanto por eso--le dijo su padre--.
    Cosas peores han sucedido en este mundo. Lo que realmente .importa no es que el globo se haya quemado, sino que tú te esforzaste para hacer lo mejor que podías.
    --Papá--respondió muy afligido--, pero es que se perdió todo.
    --No; no todo se perdió--repuso su padre--. Piensa en lo que aprendiste sobre los globos, y acerca de la manera correcta de doblar los alambres y pegar bien el papel. Esto no se ha perdido. Ya verás cómo todo esto te será útil algún día.
    --¡Pero yo deseaba tanto inventar algo!--sollozó Ricardo.
    --Lo sé, hijo--le respondió el padre--; pero recuerda que las cosas realmente buenas no se han inventado en forma rápida. Piensa en los continuos experimentos de Tomás Edison antes de inventar la bombilla o lámpara incandescente, el fonógrafo y otros aparatos que dio al mundo. ¿Crees que él descubrió estas cosas en sus primeros intentos? ¡No! Trabajó y trabajó en ellos. Probaba y fallaba; y volvía a probar.
    --¿Semana tras semana?--le preguntó Ricardo.
    --Por años y años --lo consoló su padre--. Y tuvo tantos
    fracasos, que es maravilloso que haya podido hacer lo que hizo. Tú deberías ver su montón de desperdicios.
    --¿Montón de desperdicios?--preguntó sorprendido Ricardo.
    --Sí --le repuso su padre--. He oído decir que a todo el que visita uno de los talleres de Edison se le muestra este montón de desperdicios. Cada vez que fracasaba en un experimento arrojaba las partes inservibles y comenzaba de nuevo. Tú construye otro globo, uno mejor aún. Inventa uno que no se incendie. Averigua en qué te equivocaste, y corrige tu error. Así es como se han logrado las invenciones más valiosas.

    --Creo que si Edison tenía un montón de desperdicios, yo no debería sentirme tan acongojado por mi montoncito de cenizas --dijo Ricardo--. Mañana mismo comenzaré a hacer un nuevo globo.
    --Muy bien --dijo el padre en tono de aprobación--. Ese es el espíritu que triunfa. Todo buen inventor tiene su montón de desperdicios. En este momento has comenzado a caminar por el camino hacia el éxito.

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